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El Grado

La localidad de El Grado se distribuye entre el casco antiguo, la Avda. del Cinca (travesía de la carretera A-138), donde se sitúan los servicios turísticos -restaurantes, estaciones de servicio-, El Poblado y la urbanización El Tozal.

El casco antiguo de El Grado, de posible fundación romana, se organiza en calles estrechas. Tras la invasión musulmana el pueblo fue recuperado por el rey Sancho Ramírez en el 1083, pasando luego a manos de la Baronía de Antillón, cuyo señorío se vendió a la ciudad de Zaragoza. Su esplendor medieval queda reflejado en su apiñado paisaje urbano. La calle principal de El Grado (Mayor) discurre por la divisoria topográfica y hasta ella ascienden en acusada pendiente las calles de la villa. Todo su trazado y en particular la calle Mayor, cerrada por dos arcos apuntados, recuerda su pasado medieval.

La iglesia parroquial de San Salvador (siglos XVI-XVII), de estilo gótico aragonés, es por sus dimensiones, una de las más monumentales de la comarca.

La vida de la villa discurrió apaciblemente hasta el siglo XX, cuando la construcción de la presa y el pantano marcaron un cambio paisajístico y de desarrollo en la totalidad del municipio.

En El Grado, la visita al casco antiguo debe complementarse necesariamente con un paseo por las inmediaciones de la presa y el embalse de El Grado, observando también el trazado del canal del Cinca, ¡una sorprendente obra de ingeniería civil!. Existe la posibilidad de realizar una visita al interior de la presa -con reserva previa-.

El Grado celebra sus fiestas mayores el 8 y 9 de septiembre, en honor a la Virgen de El Viñero. Aunque la mayor parte de los actos se celebran en el pueblo, el día 9 la fiesta se traslada a la ermita del mismo nombre, donde se realiza el pisado simbólico de las primeras uvas del año.