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Coscojuela de Fantova
Coscojuela de Fantova es la localidad del municipio que cuenta con menos habitantes. Merece la pena acercarse hasta ella para disfrutar de un enclave tranquilo y silencioso, un auténtico contraste para quien llega desde la ciudad.
Los amantes de la conducción disfrutarán especialmente de la carretera de acceso desde El Grado, que discurre entre pinares y acumula un buen número de curvas. ¡Un emplazamiento perfecto para grabar un anuncio de coches!
El origen de la población se encuentra en la romana «Monte Cillas», un municipio cuyos restos arqueológicos se extienden por unas 12 hectáreas de terreno. Los hallazgos permiten afirmar que estuvo poblado desde el siglo II hasta al menos el siglo V de la era, época a la que pertenecen unas hermosas laudas sepulcrales decoradas con mosaicos, custodiadas en el Museo Arqueológico de Huesca.
La iglesia parroquial está dedicada a San Miguel Arcángel. Aunque construida en el siglo XVI, sufrió importantes reformas en las primeras décadas del XX: se abrió una nueva portada en arco puntado; las bóvedas, al modo de las de crucería estrellada, se decoraron con finos nervios de formas alabeadas y muy dinámicas; el coro alto, de aire modernista y al que se accede por medio de una airosa escalera de caracol, contribuye a transformar el espacio interior del templo.
Los vecinos tienen especial cariño a la ermita del Socorro, ubicada fuera de la población, en dirección a Hoz de Barbastro.